
Lección 25:
¿En Dios confiamos?
¿De verdad confías en Dios? La verdad es que mucha gente podría decir que sí, pero no lo demuestra. Y peor aún, por no confiar en Él, ¡podrían robarle! ¡Vamos!, dices: «Nadie le robaría a Dios». Pero el impactante mensaje de Dios a su pueblo es: «¡Me han robado!» (Malaquías 3:8). Hay registros reales que demuestran que miles de millones de personas le roban a Dios, y por increíble que parezca, ¡usan ese dinero robado para financiar sus propios gastos imprudentes! Sin embargo, muchos desconocen su robo, y en esta Guía de Estudio te mostraremos cómo evitar ese mismo error y cómo prosperar mediante una fe verdadera en Dios.

1. De acuerdo a la Biblia, ¿qué porción de nuestro
ingreso le pertenece al Señor?
"Y el diezmo de la tierra... de Jehová es..." (Levítico 27:30).
Respuesta: El diezmo le pertenece a Dios.
2. ¿Qué es el diezmo?
He dado a los hijos de Leví todos los diezmos de Israel como herencia (Números 18:21).
Respuesta: El diezmo es la décima parte de los ingresos de una persona. La palabra diezmo literalmente significa décima parte. El diezmo pertenece a Dios. Es suyo. No tenemos derecho a quedárnoslo. Cuando diezmamos, no estamos haciendo una ofrenda; simplemente le devolvemos a Dios lo que ya es suyo. A menos que le devolvamos la décima parte de nuestros ingresos, no estamos diezmando.

3. ¿Adónde le pide el Señor que su pueblo traiga el diezmo?
"Traed todos los diezmos al alfolí..." (Malaquías 3:10).
Respuesta: Él nos pide que traigamos todos los diezmos al alfolí.
4. ¿A qué se refiere el Señor cuando habla de su alfolí?
"Y toda Judá trajo el diezmo del grano, del vino y del aceite, a los almacenes" (Nehemías 13:12). (Las referencias marginales llaman a los almacenes "alfolí").
Respuesta: En Malaquías 3:10, Dios se refiere al alfolí como "mi casa," lo que significa su templo o iglesia. Además Nehemías 13:12, hace mención que el diezmo debe de ser traído a los almacenes, o sea al alfolí de Dios. Otros textos que se refieren al alfolí como la tesorería o almacén del templo: 1 Crónicas 9:26 (vea el margen); 2 Crónicas 31:11,12 (vea el margen); Nehemías 10:37,38. En tiempos del Antiguo Testamento, el pueblo de Dios traía el 10 por ciento de todo su ingreso –incluyendo las cosechas y los animales– al alfolí.
5. Algunos han pensado que diezmar era parte del sistema de ritos y ceremonias de Moisés que terminó en la cruz. ¿Cómo nos ayuda la Biblia a comprender que esto no es así?
"... Y le dio Abram los diezmos de todo" (Génesis 14:20). Y en Génesis 28:22, Jacob dice, "... y de todo lo que dieres, el diezmo apartaré para ti".
Respuesta: Estos pasajes revelan que tanto Abraham como Jacob, quienes vivieron mucho antes del tiempo de Moisés, diezmaban sus ingresos. Podemos por lo tanto, llegar a la conclusión de que el plan de Dios de diezmar precedía a la ley de Moisés.


6. ¿Pero no abolió Jesús el plan del diezmo?
"¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello" (Mateo 23:23).
Respuesta: Respuesta: ¡No! Al contrario, él lo ratificó. Jesús estaba reprendiendo a los judíos por omitir la parte más importante de la ley –"justicia, misericordia y fe"– aunque diezmaban meticulosamente. Después les dijo claramente que debían continuar diezmando, pero que también debían ser justos, misericordiosos y fieles.
7. ¿Para qué se utilizaba el diezmo en los tiempos del Antiguo Testamento?
"Y he aquí yo he dado a los hijos de Leví todos los diezmos en Israel por heredad, por su ministerio, por cuanto ellos sirven en el ministerio del tabernáculo de reunión" (Números 18:21).
Respuesta: El diezmo en tiempos del Antiguo Testamento era utilizado como ingreso para los sacerdotes. La tribu de Leví (los sacerdotes) no recibió una porción de la tierra para cultivarla y negociar, como las otras 11 tribus. Los Levitas trabajaban tiempo completo cuidando del templo y en ministrar ante el pueblo de Dios. Así que el plan de Dios era que el diezmo sostuviera a los sacerdotes y a sus familias.


8. ¿Cambió Dios su plan para el uso del diezmo en los tiempos del Nuevo Testamento?
"¿No sabéis que los que trabajan en las cosas sagradas, comen del templo, y que los que sirven al altar, del altar participan? Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio" (1 Corintios 9:13, 14).
Respuesta: ¡No! él lo continuó. Su plan para hoy es que el diezmo sea utilizado para el sostén de aquellos que trabajan únicamente en el ministerio del evangelio. Si todos diezmaran y el diezmo fuera utilizado únicamente para el sostén de los ministros del evangelio, habría más que suficiente dinero para alcanzar rápidamente al mundo entero con el mensaje del evangelio de Dios para estos tiempos del fin.
9. ¿Cuál es la desconcertante propuesta que hace Dios a las personas que se sienten indecisas acerca del diezmo?
"Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová
de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta
que sobreabunde" (Malaquías 3:10).
Respuesta: Él dice, "Probadme ahora" y verán si no "derramaré sobre vosotros bendiciones" que
sobrabundarán. Esta es la única ocasión en la Biblia en la que Dios hace tal propuesta. Él está
diciendo, "Haz la prueba. Funciona. Te lo prometo". Cientos de miles de personas que diezman alrededor del mundo testificarán acerca de la veracidad de esta promesa de Dios. Todos han aprendido de la veracidad de las palabras: "Nunca podrás darle a Dios más de lo que él te puede dar a ti".

10. Cuando damos el diezmo, ¿quién es el que realmente recibe el dinero?
"Y aquí ciertamente reciben los diezmos hombres mortales; pero allí, uno (Jesús) de quien se da testimonio de que vive” (Hebreos 7:8).
Respuesta: Jesús, nuestro Sumo Sacerdote celestial, recibe nuestros diezmos.

11. ¿Qué prueba que fallaron Adán y Eva, tenemos que pasar todos nosotros si queremos heredar su reino celestial?
Respuesta: Tomaron lo que Dios dijo que no era de ellos. Dios les dio a Adán y a Eva el fruto de todos los árboles en el jardín del Edén, menos uno –el árbol de la ciencia del bien y del mal (Génesis 2:16,17). La fruta de ese árbol no era para que ellos la comieran. Debían mantenerse alejados de ella. Eva dijo que ni siquiera debían tocarla (Génesis 3:3). Pero no confiaron en Dios. Comieron del fruto y cayeron– y el largo, horrendo, tormentoso camino del pecado comenzó. A la gente de hoy, Dios les da sus riquezas, sabiduría, y muchos otros bienes y bendiciones celestiales. Todo es nuestro menos una décima parte de nuestro ingreso, que es de él (Levítico 27:30). Pero, así como con Adán y Eva, él no la toma por la fuerza. La deja a nuestro alcance pero nos advierte, "No la tomes. El diezmo es santo. Es mío." Cuando a sabiendas tomamos el dinero de Dios y nos apoderamos de él para nuestro uso, repetimos el pecado de Adán y Eva y con ello mostramos falta de confianza en nuestro Redentor. Dios no necesita nuestro dinero, pero merece nuestra lealtad y confianza.
Haz de Dios tu socio.
Cuando devuelvo el diezmo de Dios, lo hago mi socio en todo lo que hago. ¡Que fantástico y bendito privilegio: Dios y yo de socios! Con él como socio, tengo todas las de ganar y nada para perder. Es una aventura en extremo peligrosa el tomar el dinero de Dios, que ha sido destinado para la salvación de las almas, y utilizarlo para nuestro presupuesto personal.
12. Además del diezmo, que pertenece a Dios, ¿qué más
requiere él de su pueblo?
"...Traed ofrendas, y venid a sus atrios" (Salmos 96:8).
Respuesta: El Señor también nos pide que demos ofrendas para su obra como una expresión de nuestro
amor por él y nuestro agradecimiento por sus bendiciones.

13. ¿Cuánto debo darle a Dios como ofrenda?
"Cada uno dé cómo propuso en su corazón no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al
dador alegre" (2 Corintios 9:7).
Respuesta: La Biblia no especifica una cantidad determinada para ofrendas. Cada persona decide
(como lo impresione Dios) cuánto debe dar y después habrá de darlo con alegría.
14. Qué principios bíblicos adicionales comparte Dios con nosotros respecto al acto de dar?
Respuesta:
A. Mi prioridad debe de ser entregarme al Señor (2 Corintios 8:5).
B. Debo darle a Dios lo mejor (Proverbios 3:9).
C. Dios bendice al dador generoso (Proverbios 11:24, 25).
D. Más bienaventurado es dar que recibir (Hechos 20:35).
E. Cuando soy envidioso, no estoy utilizando correctamente las bendiciones que Dios me da (Lucas 12:16-21).
F. Dios me devuelve más de lo que yo le doy (Lucas 6:38).
G. Debo dar en proporción a cómo Dios me ha prosperado y bendecido (1 Corintios 16:2).
H. Debo dar tanto como me sea posible (Deuteronomio 16:17).
Devolvemos el diezmo a Dios, que es a quien pertenece. Damos ofrendas. Las ofrendas son voluntarias y deben darse con alegría.
15. ¿Qué le pertenece a Dios?
Respuestas:
A. Toda la plata y el oro del mundo (Hageo 2:8).
B. La tierra y todos sus habitantes (Salmo 24:1).
C. El mundo y todo lo que hay en él (Salmo 50:10-12). Pero Él permite que las personas usen sus grandes riquezas. También les da la sabiduría y el poder para prosperar y acumular riquezas (Deuteronomio 8:18). A cambio de proporcionarnos todo, Dios solo pide que le devolvamos el 10% como reconocimiento a su gran inversión en nuestros negocios, así como ofrendas como expresión de nuestro amor y gratitud.

16. ¿Cómo se refiere el Señor a quienes no le devuelven el 10% ni dan ofrendas?
¿Robará el hombre a Dios? ¡Pues ustedes me han robado! Y dicen: “¿En qué te hemos robado?”. En los diezmos y las ofrendas (Malaquías 3:8).
Respuesta: Se refiere a ellos como ladrones. ¿Se imaginan a la gente robándole a Dios?


17. ¿Qué dice Dios que les sucederá a quienes, a sabiendas, continúan robándole sus diezmos y ofrendas?
Malditos sois, porque me habéis robado (Malaquías 3:9).
Ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores heredarán el reino de Dios (1 Corintios 6:10).
Respuesta: Una maldición caerá sobre ellos y no heredarán el reino de los cielos.
18. Dios nos advierte contra la codicia. ¿Por qué es tan peligrosa?
Donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón (Lucas 12:34).
Respuesta: Porque nuestro corazón sigue nuestras inversiones. Si nos centramos en acumular cada vez más dinero, nuestro corazón se vuelve codicioso, descontento y orgulloso. Pero si nos centramos en compartir, ayudar a los demás y en la obra de Dios, nuestro corazón se vuelve bondadoso, amoroso, generoso y humilde. La codicia es uno de los pecados más terribles de los últimos días que excluirá a la gente del cielo (2 Timoteo 3:1-7).


19. ¿Cómo se siente Jesús cuando le robamos sus diezmos y ofrendas sagradas?
Por eso me enojé con esa generación, y dije: «Siempre se desvían de su corazón» (Hebreos 3:10).
Respuesta: Probablemente se siente como los padres cuando un hijo les roba dinero. El dinero en sí no es lo importante. Es la falta de integridad, amor y confianza del hijo lo que resulta profundamente decepcionante.
20. ¿Qué puntos emocionantes destaca la Biblia respecto a la mayordomía de los creyentes en Macedonia?
Respuesta: El apóstol Pablo escribió a las iglesias de Macedonia pidiéndoles que apartaran fondos para el pueblo de Dios en Jerusalén, que sufría una hambruna prolongada. Les dijo que recogería estas ofrendas cuando visitara sus ciudades en su próxima visita. La emocionante respuesta de las iglesias de Macedonia, descrita en 2 Corintios capítulo 8, es alentadora:
A. Versículo 5: Como primer paso, rededicaron sus vidas a Jesucristo.
B. Versículos 2 y 3: Aunque ellos mismos se encontraban en profunda pobreza, dieron más allá de sus posibilidades.
C. Versículo 4: Instaron a Pablo a que viniera a recoger sus ofrendas.
D. Versículo 9: Sus ofrendas siguieron el ejemplo sacrificial de Jesús.
Nota: Si realmente amamos a Jesús, dar con sacrificio por su obra nunca será una carga, sino un glorioso privilegio que realizaremos con gran alegría.


21. ¿Qué promete Dios hacer por quienes son fieles en la devolución de los diezmos y las ofrendas?
“Traed todos los diezmos al alfolí para que haya alimento en mi casa, y probadme ahora en esto”, dice el Señor de los ejércitos, “si no os abriré las ventanas de los cielos y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. Reprenderé también por vosotros al devorador, para que no os destruya el fruto de la tierra, ni la vid del campo os deje de dar fruto”, dice el Señor de los ejércitos; “y todas las naciones os llamarán bienaventurados, porque seréis una tierra deseable”, dice el Señor de los ejércitos (Malaquías 3:10-12).
Respuesta: Dios promete prosperar a sus fieles administradores financieros, y ellos serán una bendición para quienes los rodean.
Considera las siguientes maneras en que Dios te bendice:
A. Dios promete que tus nueve décimos rendirán más con su bendición que tus ingresos totales sin ella. Si lo dudas, ¡pregúntale a cualquier diezmador fiel!
B. Las bendiciones no siempre son financieras. Pueden incluir salud, paz mental, oraciones contestadas, protección, una familia unida y amorosa, mayor fuerza física, la capacidad de tomar decisiones sabias, un espíritu de agradecimiento, una relación más cercana con Jesús, éxito en la salvación de almas, un auto viejo que dure más tiempo, etc.
C. Él se convierte en tu socio en todo. Nadie, excepto Dios, podría jamás estructurar un plan tan absolutamente fantástico.
22. ¿Estás dispuesto a empezar a diezmar y dar ofrendas para demostrar tu amor y agradecimiento?
Respuesta:

Preguntas para reflexionar
1. Si no me gusta cómo mi iglesia usa mi diezmo, ¿debería dejar de diezmar?
Diezmar es un mandato de Dios. El diezmo es dinero sagrado que pertenece al Señor (Levítico 27:30). Cuando diezmas, le diezmas a Él. Dios es lo suficientemente grande como para cuidar del dinero que das para su iglesia. Tu responsabilidad es diezmar. Deja que Dios se encargue de quienes malversan sus fondos.
2. Estoy frustrado porque las dificultades económicas me han impedido dar más que una pequeña cantidad aparte de mi diezmo. ¿Qué puedo hacer?
El tamaño de tu donativo no importa si estás haciendo lo mejor que puedes. Jesús dijo que la viuda pobre de Marcos 12:41-44, que dio solo una miseria (dos blancas), dio más que todos los que han dado al tesoro porque los demás dieron de lo que les sobraba, pero ella echó todo lo que tenía. El Señor mide nuestras ofrendas por la cantidad de sacrificio que hacemos y por la actitud con la que damos. Jesús considera tu ofrenda muy grande. Dala con alegría y ten la seguridad de que Jesús está complacido. Lee 2 Corintios 8:12 para animarte.
3. ¿Acaso la mayordomía no implica más que el manejo adecuado de mi dinero?
Sí. La mayordomía implica el manejo adecuado de cada talento y bendición que recibimos de Dios, quien nos da todo (Hechos 17:24, 25). ¡Involucra nuestra propia vida! La fiel mayordomía de los dones de Dios también incluye el tiempo que dedicamos a:
A. Hacer el trabajo que Dios nos ha asignado (Marcos 13:34).
B. Dar testimonio activo de Cristo (Hechos 1:8).
C. Estudiar las Escrituras (2 Timoteo 2:15).
D. Orar (1 Tesalonicenses 5:17).
E. Ayudar a los necesitados (Mateo 25:31-46).
F. Entregar nuestras vidas a Jesús cada día (Romanos 12:1, 2; 1 Corintios 15:31).
4. ¿No se les paga demasiado a algunos predicadores?
Sí. La ostentación de riquezas por parte de algunos clérigos hoy en día está reduciendo la influencia de todos los ministros. Trae reproche al nombre de Jesús. Hace que miles se alejen de la iglesia y su ministerio con disgusto. Tales líderes enfrentarán un terrible día de ajuste de cuentas en el juicio.
Ministros de la Iglesia Remanente de Dios de los Últimos Tiempos
Sin embargo, ningún ministro de la iglesia remanente de Dios de los Últimos Tiempos recibe un salario excesivo. Después de la pasantía, todos los ministros reciben prácticamente el mismo salario (que varía solo unos pocos dólares al mes), independientemente de su puesto o del tamaño de su iglesia. En muchos casos, los cónyuges trabajan en el sector público para complementar los ingresos de los pastores.
5. ¿Qué pasa si no puedo pagar el diezmo?
Dios dice que si lo ponemos a Él en primer lugar, se asegurará de que todas nuestras necesidades sean satisfechas (Mateo 6:33). Sus cálculos a menudo funcionan en sentido contrario al pensamiento humano. Bajo su plan, lo que nos quede después del diezmo rendirá más de lo que alcanzaría sin su bendición.